Auto liderazgo
Cualquier persona que tenga una esfera de influencia que impacte a los demás es un líder por defecto. Ya sea que queramos ser líderes o no, muchas personas que están despertando, Semillas Estelares e Índigos que ahora están activados espiritualmente, son líderes por defecto, ya que el cuerpo de luz activado causa efectos en cadena que influyen en gran medida en otras personas y en las energías ambientales. Cuando tenemos influencia energética sobre los demás, debemos reconocer que tenemos una mayor responsabilidad durante las interacciones, ya que una persona que no es consciente tiene menos influencia en causa y efecto que una persona que se activa y despierta más allá de los demás. No puede haber líderes competentes e integrales sin que esa persona se haya esforzado en mejorar sus habilidades de Autoliderazgo. Además, las habilidades de autoliderazgo le brindan a uno la confianza y la fuerza para manejar su estrés y mejorar sus vidas de muchas maneras, lo que en última instancia es un empoderamiento personal y un fortalecimiento espiritual. Cuando estamos verdaderamente empoderados, confiados y fuertes dentro de nosotros mismos, y tenemos una fuerte conexión espiritual, sabemos quiénes somos y no podemos ser fácilmente controlados o manipulados mentalmente por fuerzas humanas o no humanas.
Esencialmente, el autoliderazgo es un conjunto integrado de habilidades que se forma a través de una profunda autoindagación y reflexión, en la que una persona busca saber quién es realmente, cuáles son sus fortalezas y debilidades. Están trabajando para comunicar eso honestamente consigo mismos y con los demás, y luego cultivan comportamientos personales que los alinean con quienes realmente quieren ser, que es su máxima expresión. Cada persona tiene un Plan espiritual único que contiene la base fundamental de lo que es más natural y alineado para la expresión espiritual única de ese individuo. Cuando somos capaces de conectarnos creativamente con nuestro interior y expresar nuestro modelo espiritual, estamos contentos y felices, experimentamos una conexión significativa y una alegría dichosa en nuestra vida. Expresar nuestro propósito espiritual es lo que nos hace verdaderamente satisfechos y felices, sin importar lo que esté sucediendo en el estado del mundo en el que coexistimos.
Al mismo tiempo, debemos despertar para reconocer que existimos en una realidad controlada mentalmente en la que cada ser humano ha sido oprimido, traumatizado y descarrilado en la expresión de su verdadero modelo espiritual, mientras los Controladores intentan evitar el despertar masivo y la ascensión espiritual en la tierra. Para oprimir y descarrilar la activación espiritual y el propósito superior de cada individuo, las principales técnicas de Guerra Psicológica tienen como objetivo incitar pensamientos basados en el miedo que destruyen los conceptos de individualismo, autonomía y autoliderazgo en las mentes de los seres humanos.
Para fortalecernos espiritualmente y desarrollar nuestras mejores cualidades, debemos aceptar que la vida está llena de desafíos constantes que nos ofrecen lecciones para crecer, y que no podemos temer al cambio ni a lo desconocido. Podemos tomar estos desafíos en la vida y considerarlos oportunidades para desarrollar nuestra autoconciencia, confianza en nosotros mismos y autoeficacia en el desarrollo de habilidades, de modo que podamos actualizar plenamente nuestra expresión espiritual más elevada. Todos los eventos de nuestra vida tienen el propósito de ayudarnos a crecer y evolucionar para actualizar nuestro modelo espiritual, y debemos recordar que nada se desperdicia, todo está proporcionado para que aprovechemos la oportunidad de dominarnos a nosotros mismos, dirigir nuestras vidas y actualizar nuestro propósito.
Para avanzar hacia las habilidades de autoliderazgo, el primer obstáculo es superar el miedo y los desencadenantes mentales y emocionales que tenemos y que nos hacen caer en reacciones negativas automáticas. Esto se debe a que nunca podremos autoliderarnos ni ser líderes competentes para los demás si constantemente nos desencadenamos un dolor, un miedo o un trauma que no hemos eliminado de nosotros mismos. Los desencadenantes siempre tomarán el control de su cuerpo mental y emocional, y nublarán y confundirán el discernimiento hasta perjudicar la toma de decisiones. Los desencadenantes también se utilizan comúnmente o se aprovechan mediante la manipulación de la fuerza oscura. Amplifican el caos y los bloqueos energéticos que insertan más problemas en la situación, mientras forman apegos etéricos en la bola energética de dolor que amplifica el recuerdo del trauma.
Cuando somos conscientes de nuestros factores desencadenantes, el siguiente paso es tomar conciencia de dónde colocamos la intención, el consentimiento y la autoridad. Para tener integridad y autenticidad en nuestras creaciones, queremos tener claro nuestro sistema de valores personales, cómo queremos mantener nuestras intenciones para la vida que construimos. Cuando dirigimos la energía de nuestra conciencia hacia un enfoque u objetivo singular, este evento produce una fuerza poderosa y significativa conocida como intención. Cuando ponemos atención en cultivar nuestra conexión con la conciencia superior para desarrollar una claridad más profunda de nuestras verdaderas intenciones, este acto hacia la autorrealización conduce la transformación de nuestras energías en la manifestación de lo que hemos pretendido. El consentimiento es un acto del poder de la mente para pensar y comprender, razonar y realizarconsiderar cuidadosamente la participación en algo y reflexionar sobre las consecuencias de esa participación. El significado propio de consentimiento es el de persona que ejerce la capacidad mental suficiente para tomar una decisión inteligente que se demuestra a través de la voluntad genuina de una acción. Nuestro consentimiento colocado conduce a la autoridad de las fuerzas con las que interactuamos y con las que interactuamos en la co-creación, por lo que es importante discernir la calidad de estas fuerzas que nos rodean, para no subirnos al carro de aquellos que permanecen inconscientes y dormidos ante la guerra sobre la conciencia.
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